‘Fútbol de barrio, semillero de esperanza’
En el suroccidente de la capital del país se encuentra ubicado la urbanización Villa Claudia a escasas cuadras del centro comercial plaza de las Américas perteneciente a la localidad de Kennedy, la cual se destaca porque cuenta con múltiples zonas verdes constituidas en parques recreo-deportivos que semana a semana congrega a cientos de residentes y visitantes a los que le sacan el máximo de provecho en la práctica de múltiples deportes para grandes y pequeños. Y es en estos últimos en los que me quiero centrar para dar a conocer una de las actividades más populares del mundo y el impacto que ha tenido en sus vidas: ¡el fútbol!
No importa si llueve a torrentes o un sol esplendoroso y seco cae sobre el domingo familiar de los bogotanos, los pequeños futbolistas en formación, semillero de esperanza - como me atreví a bautizarles -, estarán firmes en pos del balón, ubicados como un grupo de obedientes estudiantes en alguno de los predios del gran parque principal de Villa Claudia.
Al abordar al ‘profe’, atareado con los quehaceres del momento, cuyo rango de edad oscila entre los 60 y 65 años, y apenado por interrumpirle, admiré su entrega y pasión en el acto mismo de enseñanza como si estuviera entrenando a los ‘Pibe’ Valderrama, Falcao o James Rodríguez del futuro, o como si de él dependiera el futuro de este deporte en el país. No terminaba de inculcarles un ejercicio de táctica y técnica cuando ya estaba alistando el siguiente para mentalizar a los pequeños y comprometerlos para que lo cumplieran; sin embargo, la percepción y sentimiento que tuve, además de las cortas palabras que ‘el profe’ me concedió, fue que más que formar futbolistas o simples deportistas que corrieran y sudaran o gritaran un gol, era que el deseo de querer formar a su temprana edad personas con principios como la disciplina, el respeto por el otro y el valor que debe dársele por lo que se practica, fuera la premisa máxima de dicha ocasión, y, tal vez, el resultado del juego sería tan solo una anécdota. A decir verdad, los implementos deportivos y la misma infraestructura que ofrece el parque, es precaria en comparación con el valor invaluable que se está formando en estos niños. La crítica va dirigida a que debería destinarse por parte del IDRD o las autoridades locales una partida presupuestal importante de inversión en locaciones y recursos físicos para darles educación de calidad, y no solo ver tales espacios como la simple entretención de fin de semana o pasatiempo pasajero, pues es allí donde se están forjando el carácter de los colombianos que darán de qué hablar el día de mañana; sean en un futuro, deportistas, o ingenieros, o abogados, o gastrónomos o artistas, o por qué no, aquellos que nos hagan vibrar con un grito de gol, vale la pena invertir en la nueva generación, pues no es de otros esa responsabilidad…eso es con usted y conmigo.
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